La regulación sobre narcóticos en el mundo condena al dolor a miles de pacientes con cáncer, afirma estudio

29/11/2013 - 12:30 am
Foto: EFE
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Ciudad de México, 29 de noviembre(SinEmbargo).- En el mundo, cuatro mil millones de personas viven en países donde irónicamente las leyes, pensadas para alejar a los ciudadanos de la adicción las drogas, condenan a cientos de miles de personas a una tortura debido al dolor que provocan enfermedades como el cáncer.

De esta manera, un equipo internacional de científicos denunció esta situación luego de haber realizado el mayor estudio hasta la fecha sobre la disponibilidad de opiáceos en el mundo para tratar el dolor en enfermos oncológicos, publicó la revista Annals of Oncology.

“La sobrerregulación en gran parte de los países en desarrollo está dificultando de manera catastrófica proporcionar la medicación básica para aliviar el dolor intenso provocado por el cáncer”, dijo Nathan Cherny, presidente del Grupo de Trabajo de Cuidados Paliativos de la Sociedad Europea de Oncología Médica (ESMO, por sus siglas en inglés) en un comunicado.

El equipo, liderado por Cherny, analizó las dificultades para tratar de forma adecuada el dolor en la mayoría de las regiones del mundo excepto Europa, Norteamérica y Oceanía, las más desarrolladas en el orbe y que ya tienen datos sobre la materia.

Así, el análisis reveló, entre otras cosas, que existe una relación entre el desarrollo de los países y el acceso a los opioides que pueden aliviar el dolor de los enfermos. Mientras que, en un estudio realizado por regiones, Japón, Israel o Sudáfrica resultaron los países con un mayor nivel de consumo de estos analgésicos para uso médico.

Por otra parte, el trabajo, mostró la gran disparidad entre países, como ocurre en el caso de las naciones africanas, con un 36% de sus casos de cáncer provocados por infecciones, el doble que en el resto del mundo. un problema que se ha visto agravado debido a la falta de acceso a los medicamentos paliativos debido a la epidemia de VIH/Sida.

De esta manera, en un ensayo realizado con 500 personas que asistían a clínicas para infectados con el virus en Sudáfrica, se observó que alrededor del 40% tenía dolor moderado o intenso y casi ninguno recibía fármacos para hacerle frente. Un 29% de los enfermos en zonas rurales y un 55% en las ciudades no recibían ningún tipo de tratamiento. Ninguno recibía analgésicos fuertes y solo a un 3% de los que vivían en ciudades se les recetaba medicamentos leves contra el dolor.

Foto: EFE
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Así mismo, otro estudio llevado a cabo con 182 individuos con cáncer que sufrían dolores intensos en Nigeria, mostró la eficacia de los cuidados atenuantes, al observarse el tratamiento con morfina oral, mediante el cual el dolor de un 85% de esos pacientes pasó de un 8 sobre 10 a un 5.

En el trabajo se entrevistó también a las autoridades de los países de este continente en donde el indice de consumo de opiaceos es el menor en el mundo, incluso por debajo de las recomendaciones de los expertos en cuidados lenitivos.

Sin embargo, a pesar de esta situación, los responsables de cambiar la situación se mostraban satisfechos con el funcionamiento de sus sistemas regulatorios, además de desconocer y mentir sobre la realidad de sus propios países e incluso afirmar que algunos analgésicos concretos estaban disponibles cuando no se podían encontrar en ningún lugar del país.

La ceguera de las autoridades se identificó también en Latinoamérica, en donde los gobiernos señalaron la falta de personal o los procesos administrativos como unas de las principales dificultades para conservar los medicamentos, mientras que las propias regulaciones no se percibían como un obstáculo para ofrecer a sus ciudadanos cuidados paliativos adecuados.

Finalmente, todas las regiones analizadas compartieron el problema que representa la educación a los profesionales de la salud sobre cuidados paliativos, la cual tiene mucho que mejorar en mayor medida, en todos los países analizados.

En este aspecto, la falta de formación es generalizada en América Latina, aunque hay excepciones como Cuba y Uruguay, en donde los médicos cuentan con entrenamiento específico.

No obstante, también son generalizados los casos como el de Tailandia, en donde un estudio realizado entre 219 médicos, reveló que un 33.8% tenía una visión negativa del uso de opiáceos para tratar el dolor producido por el cáncer, mientras que una encuesta realizada a estudiantes de último año de medicina en Arabia Saudita mostró que la mitad de los que respondieron consideraban que el dolor que provoca el cáncer no se puede tratar, mientras que un 40% lo tomaba como un problema menor.

Finalmente, los autores piden a los gobernantes de las naciones observadas que estudien sus conclusiones –más allá de los intereses que llevaron a crear las leyes de regulación de fármacos– y tomen medidas para cambiar una situación que está causando una gran cantidad de dolor. Por otra parte, también señalaron que además de reformas legales, es necesario garantizar la distribución de los fármacos, mejorar la cooperación entre las autoridades reguladoras y educar tanto a los profesionales de la salud como al público en general sobre la importancia de los cuidados paliativos.

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